El trabajo de Simon y José Antonio
Diciembre es el mes en el que, según las disposiciones del Ministerio de Educación, se realiza la planificación del año escolar 2009, lo que incluye la elaboración del Cuadro de Distribución de Horas, cuadro de asignación de personal, plan anual de trabajo, etc.
El Cuadro de Distribución de Horas es la asignación de la carga horaria a cada profesor, en secundaria, distribuyendo los cursos, secciones y grados, tomando en cuenta sus especialidades y tiempo de servicios establecidos en una norma muy antigua. Este proceso es importante porque determina el volumen y complejidad del trabajo pedagógico que realizará cada profesor durante el año.
Veamos un ejemplo. El colegio “Gandy” cuenta con diez secciones de secundaria (dos de cada grado). El área Ciencias Sociales tiene tres horas por grado, haciendo un total de 30 horas. El profesor José Antonio nombrado, con especialidad Historia tomará veinticuatro horas de las treinta de ciencias sociales. Quedarán seis horas para el profesor contratado Simón quien tendrá que asumir las seis horas de ciencias sociales y completar sus veinticuatro horas con otras horas “sobrantes” de otras especialidades. Si comparamos la complejidad del trabajo del profesor Simón y de José Antonio notaremos una enorme diferencia.
Es muy común encontrar en los colegios profesores, de cualquier especialidad llevando tres o cuatro áreas (cursos) de otras especialidades en otras tantos grados, sea nombrado o contratado. Esto es así porque las normas obligan a los profesores a completar veinticuatro horas de jornada semanal con cualquier curso, sin tomar en cuenta que no es lo mismo repetir la misma clase de matemática en cuatro secciones de tercer grado que preparar, desarrollar y evaluar clases de CTA, arte, sociales y tutoría en diferentes grados.
El problema no solo es cuál de los dos profesores trabaja más o menos, sino cuál es el resultado en los aprendizajes de los alumnos. El profesor que repite la misma clase en diversas secciones tiene la oportunidad de afinar sus estrategias en la medida que detecta sus errores. En cambio, el profesor responsable de varias asignaturas en diversos grados tendrá menos tiempo y oportunidad de planificar, ensayar diversas técnicas y mejorarlas. Los estudiantes de este último profesor aprenderán menos. Como Simón es el profesor más joven, los más antiguos, como José Antonio, cada año le dejarán las áreas, grados y secciones que ellos no quieran asumir, porque así lo ha normado el ministerio de educación.
Un grave error es que el criterio único para la distribución de las horas entre los profesores es la antigüedad. No se toma en cuenta las capacitaciones, ni los estudios de post grado, ni la eficiencia, ni la experiencia. Así ocurre, por ejemplo, que el profesor más antiguo José Antonio ha repetido quince años consecutivos las mismas clases de ciencias sociales a los estudiantes de cuarto año, mientras que otro profesor más joven con una diversidad de experiencias, estudios y capacitaciones debe tomar las otras secciones. Es evidente que los alumnos de José Antonio se ven perjudicados porque él no tiene quince años de experiencia, sino un año de experiencia repetido quince veces.
Adicionalmente, no hay obligación de rotar en los diversos grados, lo que conlleva al encasillamiento en los contenidos de un solo grado, haciendo que el profesor caiga en la obsolescencia repitiendo ene años los mismos contenidos.
Peor aun si al maestro más joven de la institución, Simón, le encarga otras responsabilidades como ser el asesor del quinto grado, lo que implica que deberá realizar múltiples actividades vinculadas a la promoción, orientación sexual, asesoramiento académico, etc. Y como si fuera poco, es probable que le encarguen la responsabilidad de conducir algún programa (de los tantos que promueve cada equipo de especialistas de MED para justificar su contrato) como los juegos matemáticos, feria de ciencias, escuelas limpias y saludables, DESNAS, etc. porque los más antiguos no quieren asumirlos.
Ya es hora de que el ministerio de educación reconozca la complejidad del trabajo de los profesores en las instituciones educativas. Como se ha visto, solo el trabajo en el aula tiene diversos grados de complejidad, y por tanto, el ministerio debe normar para balancear la diversidad de la carga horaria con el número total de horas. Es tiempo de que supere ese único criterio de las fábricas que es el número de horas de trabajo.
Por otra parte, es tiempo también de que reconozca y pague las otras funciones altamente complejas del trabajo del educador que no son precisamente con alumnos pero cuyo impacto en la calidad del servicio educativo es trascendental. Nos referimos por ejemplo a la gestión de los diversos programas mencionados líneas arriba y la gran variedad de “comisiones” que no son otra cosa que funciones de gestión que irresponsablemente y sin reconocimiento de pago el ministerio ha trasladado a los docentes. Estas “comisiones” son la construcción, conducción y evaluación del Proyecto Educativo Institucional, del Proyecto Curricular Institucional, de Proyectos diversos de Innovación, del Reglamento Interno, del Cuadro de Distribución de Horas, de los horarios escolares, de los proyectos de Mejora de la infraestructura, etc.
Como se ve, amigo lector, los criollos y allegados del partido que “trabajan” en el ministerio de educación, no tiene idea de la complejidad de las funciones educativas en las instituciones escolares. Tampoco ha mostrado interés en investigar estos detalles de la vida institucional de las escuelas. Quizás esto se deba a que su interés está concentrado en vender lo que el chino no logró rematar, y para disimular su desidia hacen anuncios grandilocuentes y muestran estadísticas engañosas.