lunes, 30 de marzo de 2009

Diario La República

Maestros ganarán hasta 4066 soles


dice el titular de este periódico. Hoy domingo, todas las personas, especialmente los de estratos medios y bajos (a quienes va dirigida esta falacia) observan con atención y sorpresa semejante anuncio en los quiscos de las esquinas. Pero esta vez, a diferencia de años atrás, leen con mayor incredulidad.


Todos los educadores están en una situación económica difícil puesto que tienen el salario congelado desde el último aumento hecho por Toledo, hace varios años. Un anuncio así, también llama su atención, pero como tantas veces han sido víctimas de anuncios demagógicos, maltratos mediáticos, caos técnico-normativo, etc. inmediatamente reaccionan y continúan con sus quehaceres.


Algunos, se dejan seducir por el increíble anuncio, la desesperación hace que crean en el espejismo, compran el periódico, lo leen con asiduidad, en segundos aplican sus habilidades lógico-matemáticas y comunicativas (ésas que tantas veces lo han hecho merecedor de insultos) se desilusionan inmediatamente y usan el periódico para envolver el pescado u otro destino menor.


La pirámide de la CPM condena a la gran mayoría de educadores al primer nivel. La noticia dice que ellos ganarán 2073 (bruto) por cuarenta horas, mientras que ahora gana 1285 soles. Descontando la donación a las AFP (aprox. 10%) en la CPM ganarán unos 1880 soles neto por cuarenta horas, es decir 47 soles por hora. En la ley vigente, actualmente los profesores del primer nivel ganan 1285 soles bruto, es decir unos 1165 neto por dieciocho horas, unos 64 soles por hora; o sea, con la nueva CPM ganarán menos y trabajarán más.


Conservando las proporciones en el primer nivel, es decir, manteniendo el mismo pago de 64 soles por hora de trabajo semanal/mensual el gobierno debería pagar 2560 soles por 40 horas y no los 2073 que ofrece como "atractivo" para que los educadores se pasen a la CPM. En otras palabras, si se incrementa la jornada de trabajo de 18 horas a 40 horas, el salario debería incrementarse en la misma proporción con lo que los maestros pasarían a ganar 2560 soles. Esto no constituiría ninguna mejora o aumento salarial; solo el justo reconocimiento por la incremento de la jornada de trabajo.


Ese diario comete una grave falacia (la gravedad radica en que es un medio de comunicación masivo) al dar información incompleta con la intención de llevar al público lector a conclusiones equivocadas. Dice que con la CPM los profesores ganarán en el primer nivel 2073 y que en la actualidad ganan solo 1285, conduciendo al público a concluir equivocadamente que el gobierno casi duplicará el sueldo a los educadores que pasen a la CPM. Y esta conclusión es falsa puesto que omite decir que actualmente los educadores ganan 1285 soles por 18 horas de trabajo. No se pueden comparar las cantidades 2073 y 1285 si no se toma en cuenta el tiempo; es como comparar lo que gana usted en una semana con lo que gana su amigo en un mes.


Otra falacia mayor aún radica en la idea de que los educadores que tengan méritos podrán llegar a ganar en el quinto nivel hasta 4066 soles sin señalar explícitamente que sólo podrán acceder a este nivel el 5% de los maestros y que el resto, el 95%, por más méritos, capacidades, experiencia y estudios que tengan no podrán ganar esa cantidad porque la ley lo impide. Es una doble falacia puesto que tampoco compara los valores reales: 4066 para 40 horas que equivale a 102 soles por hora, que comparados con el sueldo actual, 64 soles, solo representa un aumento de 37% para el 5% de educadores. Sin embargo, ese diario vende la conclusión errada de que todos los mejores educadores ganarán el cuádruple de lo que ganan ahora.


Para hacer una comparación real (no falaz) de lo que ofrecen solo a los 5 mejores de cada 100 educadores, tendríamos que igualar la jornada laboral. Regla de tres simple: si, al 5% de educadores que llegarían al V nivel, el gobierno ofrece por 40 horas 4066 soles, ¿cuánto ofrece en realidad por la jornada normal (18 horas)? Respuesta: 1829 soles (1650 soles neto).


Ese diario no menciona que para llegar al V nivel es condición previa sortear por 20 años las evaluaciones para despido. Menos va a mencionar que el gobierno paga solo por un tercio del tiempo de trabajo del educador, que corresponde a las sesiones de aprendizaje; teniendo sin reconocimiento económico los otros procesos curriculares como la planificación, evaluación, etc.)


Para llegar al quinto nivel los requisitos son varios y todos ellos requieren de inversión en la formación y producción del educador. Pero, la formación (estudios de post grado, idiomas, segunda especialidad) requiere de financiamiento que con los salarios actuales el educador no puede asumir (salvo que tenga otros ingresos mayores).


Del mismo modo, la producción intelectual requiere que el educador tenga recursos económicos suficientes y las tranquilidad que éstos dan, para dedicar tiempo a esa tarea. En las actuales condiciones económicas, el educador al servicio del Estado carece de ambas condiciones.


Así, los niveles superiores de la CPM son solo pobres imitaciones de las ilusiones de Copperfield para que algunos incautos educadores se lancen desde el trampolín de La República a la piscina sin agua de la Carrera Pública Magisterial.


En resumen, el gobierno de turno quiere que los educadores pasen a la nueva carrera magisterial reduciéndoles el sueldo y aumentándoles la jornada laboral y el diario La República lo acompaña en esta campaña en contra de los educadores y de la educación.


Y claro, no podría ser de otra manera. Imagínese, amigo lector que todos los peruanos tuvieran la capacidad de notar las falacias mencionadas líneas arriba. Inmediatamente ese diario perdería toda credibilidad, bajarían radicalmente sus ventas; el gobierno no podría engañar con titulares de ese tipo. Se caería todo el modelo político vigente.


Es evidente que a los medios de comunicación y al gobierno de turno les conviene mantener el analfabetismo funcional de la mayoría de la población, porque así ellos pueden taparle los ojos con esos titulares mientras por debajo de la mesa se llenan los bolsillos con faenones y honorarios de éxito.