¿Por qué, amigo lector, el gobierno viene impulsando la Carrera Pública Magisterial (CPM)?
Toda la prensa televisiva, radial y escrita viene difundiendo constantemente que la CPM tiene como objetivos mejorar la educación y perfeccionar el desempeño docente. Es decir, lograr que los profesores enseñen mejor para mejorar los resultados de la educación.
En este breve artículo se demostrará que la CPM no busca ninguno de los dos objetivos señalados sino, reducir la inversión del Estado en educación.
Si cualquier peruano reflexionara sobre la calidad de la educación, concluiría fácilmente que los factores determinantes son, entre otros: la salud física, mental y sicológica del educando, la infraestructura, los materiales educativos, el papel de los medios de comunicación, el nivel cultural y económico familiar, la organización escolar y las características profesor. Luego deduciría que todos ellos, a su vez, son determinados por factores económicos y sociales: inversión del estado, poder adquisitivo de los padres de familia y el modo de ser de la sociedad.
Es evidente que la CPM no modifica ninguno de esos factores.
- ¡Cómo que no! ¿Acaso la CPM no apunta a mejorar al profesor, aunque no haya ninguna otra medida para optimizar los otros factores?
La respuesta, amigo lector, es un contundente NO. Para muestra un botón: todos los profesores que han sido contratados o nombrados este año 2008 bajo la nueva CPM ganan cien soles menos que los nombrados (pertenecientes a la ley anterior) y trabajan diez horas cronológicas más.
¿Por dónde está la mejora de la CPM? Mejores sueldos, indudablemente, no. Esto es más grave todavía: la jornada aumentada impide a los contratados de la CPM tener otro trabajo para completar su canasta básica. Es decir, en términos concretos, sus ingresos no podrán superar los mil soles, a diferencia de los nombrados que perciben mil cien soles, a los cuales se agrega un ingreso semejante por un segundo trabajo, que sumados redondea sus ingresos a unos dos mil soles, cantidad que les permite sobrevivir y, de paso, camuflar el real desinterés de los gobiernos por mejorar la condición de los maestros y de la educación.
Razonando un poquito más, podremos inferir que la verdadera intención de la CPM y de sus promotores es REDUCIR EL GASTO EN EDUCACIÓN: Mientras que los profesores de la ley antigua trabajan 24 horas, los profesores que ingresen a la CPM, trabajarán 30 horas. Como consecuencia, en corto tiempo, cuando todos los profesores hayan sido trasladados a la nueva CPM, el número de plazas se habrá reducido en un 12.5% que equivale a unas 37 000 plazas. Esto equivale a la reducción de la inversión en educación en unos 37 millones soles por año. Esto no lo van a publicar los medios de comunicación porque están pensando que esos 37 millones podrían eventualmente pasar a sus manos a través de algunos avisos publicitarios como el de "este pechito come papa" o un vladispot contra un paro.
Esta intención de reducir la inversión en educación no es nueva. Lo confirma el hecho de que hace más de una década que no se incrementa ninguna plaza de profesor, a pesar que la cantidad de estudiantes ha aumentado, en ese mismo plazo, en no menos del 20%. También ratifica esta intención, la desaparición de plazas jerárquicas y de servicio de los colegios, como por ejemplo, los de asesores, psicólogos, etc. cuyo trabajo sí habría mejorado el servicio educativo.
También mienten con descaro los funcionarios del ministerio y los medios de comunicación cuando divulgan la meritocracia como virtud de la CPM. Una simple constatación demuestra la verdad: observando la Ley de CPM se concluye que, en el mejor de los casos, recién en el año 2029 solo un ridículo 5% de los profesores ganarán un poquito más que los actuales nombrados (esta realidad se demuestra con más detalles en otra parte de este blog).
Queda claro entonces, que la CPM no busca mejorar la educación ni que los mejores profesores ganen más. Simplemente enmascara la intención de reducir la inversión en educación. En este empeño están involucrados, además del gobierno y los medios de comunicación, organizaciones aparentemente transparentes como Foro Educativo, el CEN del SUTEP, la Derrama Magisterial (fuente de financiamiento de Patria Roja - brazo izquierdo del APRA), el Consejo Nacional de la Educación, etc.