jueves, 6 de marzo de 2008

PROFESORES VERSUS ESTUDIANTES

¿A qué hora te parece más conveniente que tus hijos tomen sus clases de natación? a las ocho, justo con el estómago lleno o más bien a las once, cuando ya la digestión ha avanzado. Suponiendo que tu respuesta fuera a las once, te diré que este no es un criterio que se tome en cuenta al hacer el horario escolar, sino la norma que indica que la clase de natación debe empezar a las ocho. Veámos otro caso: toda maestra tiene derecho a una hora de lactancia dentro de su jornada laboral. Es decir, durante el año posterior al nacimiento de su hijo, ella ingresará al colegio una a las 9:00AM. ¿Qué ocurre con los estudiantes a hasta esa hora? ¿quíen los atiende? El Estado no prevé un accesitario para cubrir su ausencia. Así como estos casos, existen muchos otros en los que se observa aparente contradicción entre las necesidades de los estudiantes y los intereses del profesor. El siguiente artículo, discute el tema.

Pretendemos fomentar el esclarecimiento de la aparente contradicción entre las necesidades e intereses de los estudiantes y las demandas de la sociedad por un lado, y por el otro, los intereses (legales o no, legítimos o no) del profesorado. Es importante asumir una posición responsable al respecto ya que en la construcción de los proyectos educativos y curriculares podrían producirse estos desacuerdos o discrepancias. Es imprescindible que profesores y autoridades sean conscientes de sus motivaciones y de sus razonamientos morales.
(En lo que sigue, existen varios supuestos discutibles que no se encararán por mantener la brevedad de este artículo).

En los manuales de construcción del PCI, se prescribe tomar en cuenta, entre otros componentes, las necesidades e intereses de los estudiantes así como las demandas de la sociedad. Se entiende por necesidades de los estudiantes aquellos problemas detectados en el diagnóstico y, por intereses, las preferencias de los estudiantes por abordar determinados contenidos, aprendizajes, competencias, habilidades, etc. Las demandas de la sociedad se refieren a las características psicológicas, políticas, culturales, económicas, etc. que deben tener los egresados para mantener o cambiar un determinado tipo de sociedad.

Esto es así porque se parte de la premisa de que el colegio es una institución que brinda un servicio (educativo) para satisfacer un derecho (a la educación) en cumplimiento de un mandato constitucional. Como en cualquier institución, los profesores, administrativos y directivos son trabajadores cuyas funciones y deberes deben confluir para brindar con calidad el servicio educativo. Por otra parte están los derechos de los profesores y demás trabajadores basados en la Ley del profesorado y otras normas.

Hasta aquí aparentemente no hay contradicción. Pero, analicemos la siguiente situación: En la construcción o actualizacíón del Proyecto Curricular, en la revisión del plan de estudios ¿se distribuyen las horas en función de las necesidades e intereses de los estudiantes o en función de los intereses de los profesores, es decir, un plan de estudios que no provoque excedencias, cambios de turno, incomodidades por áreas o grados asignados, etc.?

Para los que no conocen mucho la dinámica interna de los colegios, es bueno explicar que si, por ejemplo, se asignan tres horas adicionales al área de matemática para ocho secciones, se está creando una plaza de 24 horas para un nuevo profesor de matemática. Pero, como esas horas antes pertenecían a otra área (por ejemplo ciencias sociales), simultáneamente se está reduciendo una plaza en esa área (ciencias sociales) y por tanto un profesor quedará excedente. O sea, entra un profesor de matemática y sale uno de sociales.

En una empresa privada o estatal donde las decisiones las toma el gerente sin posibilidad de reclamo alguno, esto es común, independientemente de lo justo o no de tal decisión. Sin embargo, en una institución educativa estatal existe un balance equilibrado de poder entre directivos y profesores. Entonces, el director, en la mayoría de los casos, por más que en la capacitación dictada por IPAE le han insistido que debe elaborar el plan de estudios en función del diagnóstico, tendrá que construir el plan de estudios evitando que se provoque excedencias, rotaciones o cambios de profesores para mantener ese equilibrio de poder simulando una "gestión democrática".

Veamos otro ejemplo de aparente contradicción entre intereses de estudiantes y profesores. Trátese de un colegio que tiene igual cantidad de secciones en los turnos mañana y tarde. Supongamos que los resultados del diagnóstico indican que el 80% de los padres desean que sus hijos estudien en el turno mañana. Para responder a este requerimiento de los padres de familia, varias secciones y profesores deberían trasladarse del turno tarde a la mañana. Sin embargo, esto no ocurrirá porque los profesores del turno tarde, que trabajan en colegios particulares en la mañana para completar su canasta familiar, lo impedirán con todos los argumentos y recursos, con la finalidad de mantener sus ingresos, que de lo contrario se verían reducidos a la mitad.

Podríamos señalar muchos ejemplos más, pero para no cansarlo, amigo lector, cerraremos diciendo que siempre habrán horarios, turnos, áreas, hábitos preferidos por los docentes. Pero, estos intereses deben ser explicitados en el diagnóstico y, si son legítimos, ser tomados en cuenta después de las necesidades de los estudiantes. Es decir, todo profesor debe ser honesto consigo mismo y claro en sus posición.

Por un lado, el Estado, propone que se respeten cien por cien los intereses y necesidades de los estudiantes y las demandas de la sociedad y que los profesores simplemente deben acatar: adaptarse a las modas curriculares (y digo modas porque no existe estadísticas comparativas entre los distintos modelos aplicados en los últimos quinquenios), cambiar de turno, aumentar su jornada, reducir sus vacaciones, ser cambiados de centro de trabajo, incluso, ser despedidos. Por el otro, algunos profesores proponen la estabilidad laboral absoluta, incluyendo el respeto de todos sus intereses y que son los estudiantes los que tienen que adaptarse a su especialidad, turno, horario, etc.

Ambos extremos, son malos (aunque si lo pensamos mejor, nos daremos cuenta que en realidad todas estas supuestas contradicciones dejaría de existir con un aumento drástico del presupuesto para el sector educación, como se ha explicado en otros artículos). Si el gobierno insiste en imponer la carrera magisterial y otras medidas desatinadas, argumentando que son para atender los intereses de los estudiantes, en contra de los profesores o a pesar de ellos, simplemente no se llegará lejos. Las actitudes autoritarias o prepotentes no conducen al logro de objetivos o metas, sino a resentimientos, luchas, obnubilaciones de ambas partes.

Para atender las necesidades e intereses de los estudiantes y las demandas de la sociedad (DCN) es imprescindible el consenso entre profesores, autoridades y sociedad. Actitudes como las del Ministro Chang o del Sr. Alan García (por ejemplo, con lo del “tercio superior”) van socavando cada día más las posibilidades de construir consensos en función de los intereses y necesidades de los niños pobres del Perú.