Manuel Gonzáles Prada dijo “donde se pone el dedo, salta la pus” o algo parecido. Si buscamos la pus de la corrupción en educación la encontraremos, no solo en las altas esferas, en los millonarios “honorarios de éxito” de cada contrato del Ministerio de Educación o los órganos intermedios con las empresas proveedoras, sino también en las instituciones educativas, en las aulas.
Claro, el beneficio que los corruptos ganan en las escuelas es infinitamente pequeño y el número de casos es también mínimo, pero igual, es la pus de la que hablaba Manuel Gonzáles Prada. No solo ocurren las coimas por vacantes para alumnos que se ven en la televisión, las ventas directas de notas, las coimas por plazas de contrato o la leche del desayuno escolar que algún director vendía a las heladerías. Hay otras formas soterradas. Veremos algunos ejemplos.
En la primera reunión del año, la profesora Fedory Alegría explica a los padres de familia que los niños del tercer grado de primaria necesitan desarrollar sus habilidades para leer, escribir y resolver ejercicios matemáticos. Como son cuarenta y ocho alumnos en su aula, ella no puede dejar la muestra en cada cuaderno o revisar que todos los alumnos hayan copiado bien los ejercicios de la pizarra. Por ello cada madre enviará una cuota de tres soles cada mes para las fotocopias que se pegarán en los cuadernos. Transcurridos tres meses, la profesora llama a reunión y manifiesta su molestia porque la mayoría no a cancelado la cuota para las copias. Una madre de familia cuenta el número de copias en los cuadernos de su hijo y encuentra solo unas cuarenta copias en los tres meses. -Profesora, ¿porque debemos pagar nueve soles si solo hay cuarenta copias que cuestan dos soles? La profesora Fedory Alegría se sonroja, y les dice a las mamás que ella debe gastar también e lápices que los niños pierden, que parte del dinero se gasta en el periodico mural y rápidamente cambia de tema hablando sobre las madres que no ayudan a sus hijos en las tareas. las mamás se mirán y callan.
Otra profesora de primaria del mismo colegio, al acercarse el fin del año observa en su estante que le han quedado muchos pliegos de papel lustre, cartulinas fosforescentes, pomos de goma, cartulina duplex, plastilinas, etc. Muchas veces se suspendieron las clases por retiros, capacitaciones, huelgas, y demás. Ya no podrá utilizarlas todas y, además, como todos los años siempre sobrarán muchos útiles escolares. Piensa: "quizás podría devolverselos, ¿pero cuándo? será complicado empaquetarlas para cada alumno, además algunos nunca trajeron sus útiles. Mejor lo guardo en mi casa hasta el próximo año" y poco a poco se los va llevando a su casa. El siguiente año, por si acaso y a pesar de que sobró el año anterior, pedirá una gran lista con cosas que ella sabe que sus estudiantes nunca usarán. Los padres harán un gran esfuerzo económico para completar la lista que puntualmente entregarán a la profesora.
Los profesores Rama y Romo de secundaria, al iniciar el año escolar indican a sus alumnos que cada semana realizarán una práctica en el laboratorio. Para ello será necesario un folleto con las guías de práctica que permitirá realizar cada informe científico muy fácilmente ya que contiene las preguntas con alternativas, los esquemas de las prácticas, el resumen de la teoría, etc. la guía consta de unas cincuenta fotocopias. Ellos las venden a treinta soles. Muy sutilmente han hecho entender a los estudiantes que solo evaluarán los informes en ese cuadernillo por lo que todos los estudiantes, unos ciento ochenta (treinta y cinco por cinco aulas), pagan los treinta soles. El precio costo del folleto con cincuenta copias es dos soles y cincuenta céntimos. Los profesores Rama y Romo ganan en total cuatro mil novecientos cincuenta soles.
Es el aniversario de la institución educativa. Entre otras actividades, se realizará un almuerzo en el restaurante “Señora de Chapi”. La profesora Emprendedora se ofrece voluntariamente a hacer el contrato, ver el menú, cobrar la cuota a cada profesor. El director Endlebe Inocente, se alegra por la iniciativa. La profesora dialoga con el administrador del restaurante, pregunta por el costo. Él propone: doce soles por comensal. Ella desliza que el establecimiento del lado le ha propuesto por el mismo menú el costo de catorce soles otorgándole a ella el 20% como reconocimiento por su preferencia. El administrador de “Señora de Chapi” dice que le dará 25% pero en ese caso el menú por cada profesor será de quince soles. -La gente hablando se entiende-. Como son unos sesenta profesores, la profesora Emprendedora gana unos doscientos veinte soles.
El profesor Lucango indica a sus alumnos que este mes construirán una lámpara de noche. Informa que los materiales son escasos y caros, que hay que ir hasta las Malvinas para comprarlos. Pero él quiere ayudarlos. El sábado irá con su carrito a hacer unas compras por allá, de pasada comprará los materiales para los que quieren. Si los compran por unidad les saldrá como cincuenta soles, pero él se las conseguirá a treinta porque las comprará al por mayor y porque tiene sus conocidos en Las Malvinas. Después, los padres de familia descubren que los materiales vendidos por el profesor no llegan a costar ni veinte soles en la ferretería de la esquina, pero no se atreven a reclamar por temor a que desapruebe a sus hijos.
Los profesores de la comisión del Plan Lector discuten arduamente. Falta claridad sobre cómo ejecutarlo. No tienen solvencia conceptual sobre el tema. Una profesora Gardo informa que ella tiene la solución. La Editorial Rarea les ofrece el Plan completo, los instrumentos de evaluación, los instrumentos de monitoreo, la lista de libros con más de 150 títulos organizados por grados, cuatro capacitaciones al año para todos los profesores, taller de sensibilización a los padres de familia, libros de consulta para los profesores de la comisión. Es decir, todo listo. La editorial venderá a cada uno de los mil quinientos estudiantes del colegio un libro cada mes a la módica suma de diez soles. Como ella trabajará arduamente la editorial le reconocerá el quince por ciento de las ventas (esto no es necesario comentarlo). Son diez libros por alumno, mil quinientos estudiantes. La editorial venderá unos quince mil soles. La profesora ganará más de dos mil soles.
El profesor Sábato Neón informa a sus estudiantes que la próxima clase se tomará el examen final del mes. Para facilitar esta evaluación los apoyará con una separata en la que figuran cincuenta preguntas con cuatro alternativas, de las cuales veinte vendrán en dicho examen. Por esta razón todos los alumnos se alegran y agradecen la ayuda del profesor. Resolverán el examen con sus libros y cuadernos sólo deben recordar la clave y listo. Cada separata consta de cuatro fotocopias cuyo costo es veinte céntimos pero él las vende cincuenta céntimos. Tiene doscientos alumnos aproximadamente. Ganará unos cien soles. En abril repetirá el sistema. En mayo, también...
El profesor Muscul informa al director Inocente que desea desarrollar la disciplina Natación en sus estudiantes. Presenta un plan en el que cobrará tres soles por sesión a cada estudiante. Este costo incluye el transporte de ida y vuelta y el pago por el uso de la piscina. Serán seis clases, por su puesto, en el plan figuran la organización de cada sesión, según las disposiciones técnicas del ministerio. Lo que no informa es que el transporte le cobrará un sol y la piscina también un sol por alumno. En seis clases para cada una de las doce secciones que tiene a su cargo con treinta y cinco alumnos cada una, ganará unos mil doscientos soles.
El profesor Pitagor, como los otros que venden folletos, informa a los padres y estudiantes que el libro del ministerio está pésimamente organizado, que los ejercicios no están graduados, que los contenidos son muy pobres, que el texto esta hecho para otra realidad y ni siquiera tiene relación con el Diseño Curricular Nacional. Por tanto, el sugiere, solo sugiere, que compren el libro de la editorial Rarea que es perfecta para los estudiantes. La primera clase la desarrolla del libro de Rarea y deja como práctica calificada los ejercicios de la página 18. Todos los alumnos traen sus treinta y cinco soles a la clase siguiente. No pueden quedarse sin su primera nota. El profesor comprensivo indica que los que recién compran su libro, tendrán la oportunidad de presentar la tarea la próxima clase. Los demás, no.
Los casos ejemplificados no son más que muestras de lo que ocurre en el resto de la sociedad. A los magistrados se les paga miles de soles para que sean incorruptibles. Los congresistas ganan otros tantos miles de soles. Los funcionarios de las empresas estatales más aún. Pero cada día nos enteramos de infinitas formas de corrupción. Así se explica entonces, que algunos pocos profesores con su sueldito de mil soles, caigan en la decadencia moral. Pero tanto o más cierto que esto es que los casos mencionados son uno en mil, los otros novecientos noventa y nueve educadores son honestos y firmes de carácter: incorruptibles.
Entonces, amigo lector, ¿Cuál es la solución? Esta vez, a diferencia de mis anteriores artículos, me siento pesimista. Las alternativas de solución que se me ocurren se ahogan con el hedor de la corrupción histórica de los gobernantes.